Tiburón gato
Esta
especie es la que con más gusto he estudiado por tres motivos: En primer lugar,
porque realicé una disección de un ejemplar y, por lo tanto, tuve un contacto directo,
pudiendo sentir el tacto rugoso de su piel, el tamaño de loes dientes, sus
órganos internos,…; en segundo lugar, debido a que está especie es quizá la más
abundante en nuestro litoral y me tranquiliza saber que durante mis inmersiones
es el ejemplar de tiburón que más probabilidad tengo de encontrarme y, en
tercer lugar, porque son muy tranquilos, se pasan mucho tiempo en el fondo, de
modo que puedes admirar muy de cerca todos y cada uno de los movimientos de las
hendiduras branquiales, de los espiráculos,…
Los
tiburones gato adultos, que son los más abundantes en el Aquarium, tienen una longitud de entre 40 i 60 centímetros , la
pigmentación de su piel es muy parecida en todos los ejemplares: marrón claro
en la zona dorsal, manchas más oscuras en esta zona y la zona pectoral y
ventral de color beige o blanco. Posee cinco hendiduras branquiales y dos
espiráculos, que se encuentran justo detrás de los ojos, que en todas mis
observaciones estaban cerrados en todos los ejemplares.
Habitualmente,
están en grupos en una esquina del acucio, excepto cuando se encuentran en
acuarios más grandes en los que conviven con otros peces, en ese caso, están
más dispersos. Es poco frecuente verlos nadando, puesto que pasan la mayor
parte del tiempo en posición de reposo con el torso arqueado. Haciendo un poco
de comparación con los tiburones “libres”, la conducta de estos tiburones es
diferente, puesto que, como muchas otras especies, se alimentan durante la
noche. Por el color de su piel y la presencia de espiráculo se deduce
rápidamente que se trata de una especie bentónica. Mientras está en posición de
reposo, mueve sus espiráculos y sus branquias con el fin de captar en oxigeno
disuelto en el agua. El hecho de estar en reposo durante un periodo prolongado,
en ocasiones puede originales espasmos debido al entumecimiento de los
músculos. Esta respuesta del sistema muscular la he podido registrar en uno de
los vídeos disponibles en el blog.
Por lo
que respecta a la relación con el resto de individuos del acuario, el tiburón
gato se muestra completamente sosegado aunque tenga muy próximo un pez de mayor
tamaño como una morena, un mero, una llisera,… no pierde su posición de reposo. No obstante, debido a las ondas que originan
en el agua los movimientos de otros peces cercanos a este puede provocar que
mueve su aleta caudal, pero siempre mantenido la misma posición.
Tiburón de puntas
blancas
El
puntas blancas es un tiburón tropical denominado así por las manchas blancas
que tiene en las aletas dorsal, caudal y, en algunos casos, pectoral. Los
ejemplares del Aquarium son todos
hembras y conviven en el mismo acuario que los de punta negra. Tienen una
longitud de 1,5 metros
aproximadamente, la zona dorsal es de color gris claro y la ventral de color
blanco. A diferencia de los tiburones de
puntas negras, estos pueden permanecer inmóviles en el fondo como si de una
especie bentónica se tratara bombeando agua a través de las hendiduras
branquiales.
Los
cuidadores del acuario de los tiburones tropicales me confirmaron que nunca ha
habido ningún problema entre ambas
especies. Yo observé como un tiburón de puntas negras rozó a un ejemplar de
puntas blancas, este último dio media vuelta y inició una “persecución “
tratando de intimidarlo abriendo y cerrando la mandíbula, tal vez para marcar
territorio, aunque me sorprende que no ocurra más a menudo porque el espació
que tienen tampoco es muy grande para los más de diez tiburones. Al parecer es
tan buena la compenetración entre ambas especies que incluso hace unos años,
según me contó la biológa Sílvia Ibars, una hembra de puntas negras tuvo una
cría. Están muy bien adaptados a vivir con otras especies de tiburones y peces,
pero al mismo tiempo, también lo están con los buzos que descienden diariamente
a ofrecerles su comida.
Durante
todas mis observaciones a esta especie comprobé que mantenían un ritmo de
natación muy constante de unos 70 aletazos por minuto, no obstante en una de
mis visitas en la franja horaria de 11 a 14 horas la velocidad aumentó a 100
aletazos por minuto y incluso más en otros ejemplares y, a diferencia de lo
habitual, todos los tiburones estaban nadando. Pronto comprendí el motivo, los
flash de las cámaras de los visitantes. En un principio era escéptico en lo que
respecta a si los tiburones se alteran o cambian su comportamiento habitual por
la presencia de los turistas, incluso si eran capaces de ver a través del
cristal. De nuevo comenté lo sucedido a la bióloga y me confirmó que
efectivamente, los tiburones podían ver a través del cristal, sin que se
produzcan reflejos, su vista es limitada por lo que solo ven sombras y son muy
sensibles al movimiento. Es por esta razón que los tiburones enfocaban los ojos
hacía donde creían que provenían los flash.
Comprobé
también un comportamiento fuera de lo común en una de mis observaciones a las
19 horas. La luz de los acuarios se va graduando a lo largo del día con el fin
de simular la variación de la intensidad de luz que tendrían en el mar. Como se
ha comentado, los tiburones de puntas blancas cazan durante la noche y es el
momento del día que más activos están y efectivamente a la hora que realicé mi
visita la luz era considerablemente escasa costando incluso obtener imágenes claras
y, curiosamente, todos los tiburones estaban nadando.
En
el acuario de los tiburones tropicales hay una estructura coralina justo en
medio y dan vueltas alrededor de ella en sentido horario o anti horario. Hubo
un hecho, al que nadie me ha sabido dar una explicación concreta y que
podríamos tachar como una simple “manía”. Una de ellas es que cuando están en
natación, los puntas blancas tocan a cada vuelta la estructura coralina con las
aletas pectorales. Otra demuestra que los tiburones también juegan como lo
haría un perro, un gato o un hamster, y es que me impactó observar como un
ejemplar de puntas blancas se encaprichaba en pasar por un estrecho agujero de
dimensiones muy reducidas. El escualo intentaba pasar buscando la posición
adecuada para hacerlo llegando incluso a remover la grava del fondo. Debo
admitir que me impactó, pero me sorprendió más aún que días después, otro ejemplar
hiciera exactamente lo mismo, aunque este parecía que tenía ya cogida la
posición correcta, ya que se introducía repetidas veces por él y sin remover
el fondo.
En
conclusión, los tiburones de puntas blancas tienen una línea muy estilizada y
característica por las manchas que les dan nombre, son pelágicos, tienen una
longitud media, están muy bien adaptados a vivir en cautividad, pero son
sensibles a la presencia de los visitantes y los flash de las cámaras.
Tiburón
gris
En el Aquarium
tan solo hay dos ejemplares de
tiburón gris, una hembra y un macho. El primer ejemplar tiene una longitud de dos
metros aproximadamente y el segundo de metro y medio. Se trata de una especie
pelágica, con un cuerpo aerodinámico, una cola caudal simétrica permite deducir
que se trata de un buen nadador. Por lo que respecta a la pigmentación de su
piel, la zona dorsal es de color gris oscuro, mientras que la ventral es gris
claro. Tiene dos pares de cinco hendiduras branquiales, carece de espiráculo,
por lo que debe nadar continuamente para no ahogarse, dispone de ocho aletas y
no tiene apéndice bucal.
Ambos tiburones están siempre en continuo movimiento,
son los peces más rápidos del Oceanario
y mantienen un ritmo constante de 70 o 80 aletazos por minuto. A
diferencia de los tiburones toro, estos se mantienen alejados del cristal
nadando por el centro del acuario, a su vez, no siguen un sentido constante,
puesto que sus aptitudes de buen nadador le permiten nadar constantemente y
obtener el oxígeno disuelto en el agua. Esto me ha dificultado considerablemente
obtener buenas filmaciones. Por lo que respecta a la relación con el resto de
peces y tiburones se mantienen sosegados y no varían su comportamiento. Sin embargo, el tiburón macho, que como se ha
dicho anteriormente, es de menor tamaño, tiene en un su cuerpo gran número de
magulladuras y un buen mordisco en el costado izquierdo. En un principio creía
que las heridas podrían haber sido causadas por el otro ejemplar de tiburón
gris, no obstante hablando con Sergi Comas, uno de los cuidadores del
Oceanario, me explico lo sucedido. Al parecer cuando se introdujo este ejemplar
de tiburón gris, tenía una longitud “complicada”, por un lado era demasiado
grande para estar en un acuario convencional y por otro lado, su longitud era
un poco justa para ser introducido en el Oceanario, pero, finalmente, se optó
por introducirlo. Contrariamente a lo que pensaba, el causante de las heridas
no fue el otro tiburón gris, sino que fue un toro. Sin embargo, después de esta
“calurosa bienvenida” el tiburón toro no ha vuelto a sufrir ninguna magulladura
o mordedura.
El tiburón gris es pues una especie pelágica, con un
cuerpo muy aerodinámico, buen nadador, solitario e impasible ante la presencia
de los visitantes u otros tiburones de mayor envergadura.
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